Panorama político en vísperas de elecciones generales
En la encrucijada de los comicios generales se presentan los actores políticos para representar una linda comedia de lo que no son y de lo que no desean. La gran comedia de la campaña electoral. La mentira enquistada. El gran mentidero de la política nacional. Lodazal donde se revuelcan unos y otros para pedir el voto. Embaucamiento. Discurso caduco, arcaico, populista y no creíble. El considerar que la mayoría tiene siempre razón es un error de base, pero por ahora, no hay otra forma de expresión democrática, por eso pasemos a analizar la situación de los distintos partidos.
Empecemos por el Partido del actual Gobierno, PSOE, presidido por el último trepa insaciable de la política, Pedro Sánchez, porque antes ha habido otros, quizás menos ambiciosos y vanidosos; y después de éste, sin lugar a dudas, aparecerán otros que olviden la historia, los compromisos con otras formaciones y hasta al propio electorado, con tal de residir en la Moncloa. Pero lo que son las cosas, ahora se le mitifica como el salvador de la izquierda. Lo que hay que ver y oír. El Presidente de Gobierno habla del sentido común como una panacea alcanzada por su partido, su gobierno y su propia persona, sin comprender o querer entender que la ambición personal, la codicia veloz, es contraria al sentido común, pues sólo tiene ojos para el sentido propio. Cuando en su inacabada biografía política cuenta Sánchez y escribe Irene Lozano, que por primera vez se han abierto puertas y ventanas de la política española introduciendo un aire limpio, comprendo que nuestro actual Presidente, igual que ha ocurrido con otros, no ve o no quiere ver, no conoce o no quiere conocer, lo que ocurre en algunos ayuntamientos, diputaciones y comunidades autónomas. Sería muy conveniente e incluso necesario que se investigasen los numerosos casos de corrupción menores.
La fogosidad, el entusiasmo y la locuacidad incontrolada para apaciguar y silenciar el ruido de cristales rotos por Mariano Rajoy, provocan en Casado continuas meteduras de pata que quiere remediar con la marcha atrás de declaraciones o la justificación de las mismas con “no he sabido expresarme”, “hay que analizarlas dentro del contexto”, “no he querido decir o no se me ha entendido”. Un candidato a la Presidencia del Gobierno debe controlar sus palabras, ser más equilibrado y pensar antes de hablar y no dejarse llevar por los impulsos propios y el clamor popular. Este nuevo partido, reinventado sobre las cenizas del otro anterior con las mismas siglas, al menos en sus formas se ha derechizado, tal vez por el contacto con Vox, pero nos trae nuevos sueños, nuevas promesas, nuevos candidatos, y pretende acercarse más al pueblo y ser más comunicativo, siempre y cuando que Casado no sea el puro retrato de Aznar.
El constate cambio de criterios –principio heredado de Rajoy de “callo, miro para otro lado, o lo que antes dije, ahora digo- , las contradicciones, el navegar entre dos aguas, de los líderes de los dos partidos mayoritarios, está restándoles votos a ambos, a favor de Vox, más al PSOE por sus pretendidos pactos o contactos con el independentismo catalán.
Ciudadanos quiere ser el centro derecha moderado, equilibrado, renovador. No sé si su programa electoral responde a ese ideario o no. Rivera con frecuencia acude a la necesidad de limpieza democrática, a la regeneración institucional, a la transparencia y a la responsabilidad ética, política y judicial de los administradores públicos, sin exigir a sus candidatos el pedigrí de pureza democrática, honestidad y decencia. Ya se han dado casos en los que los candidatos no estaban tan limpios, aunque el partido ha reaccionado expulsándolos de inmediato. Antes era muy proclive a cambiar la ley electoral, modificando la representación en las respectivas circunscripciones electorales y creo que con listas abiertas. No sé si esa certidumbre está ahora en el aire. Si a esto se suma su defensa a ultranza de la unidad de España y ser el látigo del independentismo catalán, personalmente me doy por satisfecho. Pero en ocasiones tiene un discurso contradictorio, sobre todo en lo referente a los apoyos partidistas. Sin embargo, nada es posible si en Ciudadanos priman los intereses de partido sobre los generales del país. Estoy convencido de que si una formación política con estándares éticos, sin crispación ni polarización, sólo tuviese como meta el desarrollo y bienestar general, no necesitaría de trucos, mentiras, confrontaciones ideológicas o luchas partidistas para ganar las elecciones con mayoría absoluta.
Podemos con su actual fragmentación y apoyo al independentismo catalán, y Vox con una ausencia de programa y un ideario en su mayor parte muy polémico. Los dos partidos, repito ambos, de extrema, uno de izquierda y otro de derecha. Nada más, que no es poco.
Los partidos separatistas catalanes campean y batallan en un mundo surrealista plagado de mentiras históricas, incongruencias, disparates, manipulaciones y propagandas torticeras, con irracionalidad, ceguera y sordera; con imbecilidad o desvergüenza, y sin sentido del ridículo; confundiendo intencionadamente la libertad con la opresión, lo legítimo con lo legal y justo, el triunfo con la derrota, el derecho con el delito, la mentira con la verdad, la lealtad independentista con la traición a la Constitución y al Estado de Derecho; y con una constante desobediencia e insubordinación a las resoluciones judiciales y a las de Junta Central Electoral (lazos amarillos, hoy sustituidos por el blanco de Torra), con la fuga de Carles Puigdemont, Meritxel Serret, Toni Comín, Lluis Puig, Clara Ponsetí, Anna Gabriel y Marta Rovira; y con los políticos presos Oriol Junqueras, Jordi Turull, Joaquim Forn, Raúl Romeva, Josep Rull, Dolors Bassa, Meritxell Borras, Carles Mundó, Jordi Cuixart y Jordi Sánchez. A las últimas declaraciones de Pilar Rahola contraponiendo los derechos catalanes al poder español, que ellos califican de fascista, antidemocrático y persecutorio de la soberanía catalana, no hay que perder el tiempo con palabras, sólo mostrar, para que aprendan y valoren, la manifestación en Madrid contra el proceso penal del Tribunal Supremo contra los responsables del 1-O.
En la elaboración de listas para el Congreso y el Senado ha habido muchas purgas. ¿Para qué entonces jugar y perder el tiempo con las primarias? Igual que ocurre en el mundo del fútbol, se ha fichado a personajes por su espectacularidad o fama, y a otros verdaderamente no comprendo por qué. También debo mencionar, a mi juicio, la apropiación por parte de la izquierda del ecologismo y feminismo; así como el enaltecimiento exagerado e impropio de éste último, que a la postre es otro tipo de discriminación, reconociendo méritos y derechos por ser mujer. A esto hay que añadir las que viven del cuento explotando el feminismo.
Finalmente por no extenderme demasiado, dos recomendaciones, una para los futuros elegidos: La incertidumbre que vive España en el terreno económico, social, cultural, político y territorial, exige unas directrices comunes, una superación de criterios partidistas con la vista sólo puesta en el bien común, y un acuerdo responsable y solidario sobre temas muy importantes, como sanidad, educación, igualdad, pensiones, defensa, justicia y territorialidad. La otra recomendación para los electores: Para no equivocarnos, o lo menos posible, y no pagar después las consecuencias, antes de meter el voto en la urna, hay que hacer un análisis de las distintas candidaturas, aunque nos lleve un poco de tiempo, se pierde tanto en asuntos que no tienen importancia… En este análisis, en primer lugar hay que despojarse de prejuicios y sentimentalismos, luego escuchar en el presente (entrevistas, debates, artículos, publicidad, etcétera). También hay que escuchar y ver en el pasado con sensatez, crítica aguda y severa, porque a veces la historia reciente y sus hemerotecas quedan enterradas por el tufillo antiguo de las ideologías, por la costumbre o por la holgazanería irreflexiva. Y el futuro ya vendrá y que Dios nos pille confesados.
Antonio Mena Guerrero 22 de marzo del 2019